La república alberdiana
Dos cosas son infinitas: el universo y la estupidez humana; y yo no estoy seguro sobre el universo” (Albert Eistein) En mí columna anterior reflexionaba sobre lo que nos enseña nuestra historia nacional sobre las condiciones que se requieren para que una reforma constitucional sea aceptada como legítima, que suponen algo diferente a que se logre la mayoría calificada que prevé nuestra carta constitucional. El consenso que legitima la reforma no sólo es algo más profundo que una determinada mayoría…