¿Una política exterior “errática” o “pragmática”?
En estas últimas semanas ha vuelto a resurgir el debate acerca del rumbo que actualmente está tomando nuestra política exterior. Un ejercicio intelectual que, en el marco de un Estado democrático y la ejecución de una política pública, no debería nunca faltar: su sometimiento al escrutinio y control de la sociedad cuyos intereses representa. Así, hemos oído hablar de una política exterior “errática”, “pendular”, “improvisada”, “contradictoria”. Todos calificativos qué, en algunos casos, no dejan de contar con cierta base empírica…